César Calvo Soriano
Y se fue con nosotros y se fue con su pecho
Dejándonos a solas delante de una sombra,
Delante de dos a las que buscan su recuerdo”
César Calvo Soriano
César, un Vendaval - por Helwa Calvo Soriano
Hay tantas cosas que decir del flaco César… de su niñez,
de su adolescencia, de su relación con su familia, de su época universitaria, de sus amigos, de sus novias; de su relación con
la prensa, con la televisión, con los políticos y la política, con poetas y compositores etc, etc… pero hoy les hablaré un poquito de su fuerza física y agregaré para ustedes algunas chispitas, algunos recuerdos en relación al tema.
De la enorme fuerza con que vivió cada momento,
de su vehemencia y pasión no les diré nada, no es necesario porque de eso saben todos: los familiares, las novias, los amigos
y hasta los conocidos. Yo sé, como ustedes se imaginarán muchísimas anécdotas que lamentablemente debido a
los involucrados en ellas, es para mí muy comprometedor escribirlas; pero recordando todas esas historias vino a mi mente un vendaval, y pensé que sí, que el flaco vivió así,
como un vendaval…
¿O es que él fue en realidad un vendaval?
Vendaval: Vientos tan fuertes que hasta pueden arrastrar grandes buques.
César Calvo en defensa de la selva
un ejemplo: Era muy difícil encontrar a algún muchacho que pudiera ganarle haciendo Pulso, en la casa vimos al flaco triunfar muchas veces y sin mucho esfuerzo, contra chicos mayores, o que aparentemente tenían un mayor desarrollo muscular. Y la diversión y la chacota final a los perdedores, eran tradicionales.
Como tenía brazos y manos fuertes y ágiles le encantaba retar
a los chicos del barrio y se consagró como un Gran Campeón
de Trompo y Bolero, cuando creció algunas veces apostaba
y los premios eran chocolates que repartía entre las hermanas y las enamoradas.
La fuerza de sus piernas era también muy conocida, en una ocasión gracias a esa fuerza, se pudo escapar rompiendo una sólida puerta de madera solamente a patadas; esto ocurrió cuando una de
sus musas al darse cuenta que pronto la iba a dejar, esperó a que estuviera bien dormido y lo encerró en su casa con llave, luego convencida que estaba bien asegurado, salió tranquilamente
a comprar víveres. ¡Cómo se habrá sorprendido cuando regresó y el vendaval había volado!
Por tener piernas fuertes era inalcanzable cuando desde chico, corría alrededor de la Plaza de Armas, sea en patines, a pie o en bicicleta. Él era muy delgado y los amigos cansados de perder siempre, le decían haciéndose los payasos: “No vale, no vale,
tu ganas porque el aire te ayuda, corre en contra del aire a ver si puedes”. Le gustaba mucho lucirse con dos patines y con una gran facilidad aprendió a hacer giros y piruetas, ganándose los aplausos de los amigos y principalmente como ustedes ya deben haberlo imaginado, la admiración de las chicas.
Cuelguense dos Gilitos de cada brazo ...
César Calvo carga a Pablo Milanés
Hablando de comidas recuerdo un sábado que apenas después del desayuno, llegó el flaco César con Guillermo, mi mamá y un pavo vivo, que supuestamente le acababan de regalar; en mancha declaramos que de ninguna manera, ni en sueños mi mamá, Guillermo, Rubén, yo o mi ayudante lo íbamos a matar; entonces él dijo:” Son todos unos miedosos, yo lo mato fácil” buscó el cuchillo más grande y más filoso y se quedó en la cocina solo con mi ayudante para que ella coja al pavo de las patas y de las alas, le dio a la víctima una copa de pisco, él tomó otra y como un verdadero experto le cortó el cuello, lo peló y lo cocinó, solo después del magnífico almuerzo nos contó: “Es la primera vez que maté a un pobre animal, pero, hay que reconocer que de todas maneras, ha salido riquísimo ...”
En una oportunidad César tuvo una conquista que vivía en un barrio movido, tendría dieciséis o diecisiete años y había asistido con unos amigos de la universidad, a una clase de Karate donde a las justas les enseñaron solo el saludo. Esa noche después de ver la chica, se despidió y solo había avanzado unos pocos metros, cuando lo rodearon cuatro muchachos que con groserías le exigieron que les entregue su billetera, mostrándole sus chavetas… apenas después de un instante de duda, se cuadró como Karateka… hizo un giro completo… y se puso en posición de ataque (era todo lo que sabía)… los asaltantes asustados, corrieron y se perdieron dando la vuelta a una esquina. Se acabó el peligro gracias a su valentía, a su astucia… y a su suerte, porque claro que el flaco tenía suerte y dicen que se debía a que él nació de pie ...
César Calvo en su casa de la calle Gremios.
Pocas veces pude presenciar, pero muchas sí escuché desde mi cuarto (que estaba al lado de la sala, en la casa de Gremios) las discusiones del flaco, o mejor dicho la exposición de sus ideas sobre Literatura, Historia, Poesía, Política, Música o muchos otros temas, con sus compañeros de la universidad o sus muchos amigos, que a veces llegaban pensando de una manera y se iban convencidos que la verdad era precisamente todo lo contrario. Y nosotros siempre estuvimos muy orgullosos de su cultura y de su gran poder de convencimiento.
César Calvo bogando en un río selvático
que para ti, el olvido no existe, que te tenemos siempre en
nuestro corazón ...
Helwa Calvo Soriano
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Edita Dr. Guillermo Calvo Soriano
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gcalvo77@gmail.com
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Cada vez me sorprendo más, de las habilidades de César, su avasalladora personalidad, muy comunicador, que resultaba ser muy atractivo para las damiselas, asimismo me complace felicitar a Helwa porque ha resultado muy grato leer las crónicas de su hermano contadas de una forma muy amena y entretenida
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