lunes, 18 de marzo de 2019

Un Pino que da Luz en vez de Sombra - César Calvo Soriano

Un Pino que da Luz en vez de Sombra - César Calvo Soriano

César Calvo

Nos echamos a andar, en estos últimos días de Diciembre, 
como sobre una calle iluminada y llena de música, 
llena de gente que se abraza y de niños que aguardan jugando 
a la sombra de pequeños árboles pintados. 
Porque en estos días que celebran el nacimiento de la esperanza y la alegría de sacrificarse por los demás, 
crece un árbol en medio de cada casa humilde, 
sobre la única mesa de hambre y de madera; un pino diminuto,
 del tamaño de la infancia, 
cuyos frutos envueltos en papel de colores no siempre son regalos sino ausencias.

César, Nania, Bita

Aquellos que jamás tuvieron nada, los niños que envejecen viciados por el aire de los callejones salobres, sin conocer la blandura del césped ni los detenimientos del mediodía entre las flores, también sonríen: estos días son para ellos un jardín de fantasía, con un solo árbol, robado de algún parque o fabricado con papel cometa, encanecido por la escarcha de las librerías,
 y plantado por ellos en el centro del cuarto miserable. 

Cristo

Bajo sus ramas de alambre, esperando desde hace siglos el nacimiento de Cristo, 
los niños, sin embargo, se parecen a la felicidad. 
La Navidad ha dejado de ser un antifaz incomprensible, una manera de esconder las lágrimas, para ser una promesa de abrazo sin fronteras, el derecho de todos a la paz con justicia y a la dicha.
Y así nosotros, que nunca fuimos niños, nos echamos a andar sobre esta nueva víspera como sobre una calle que conduce, inevitablemente a la memoria. 

Don Víctor Fuentes Soriano rodeado por sus felices nietos.

Y recordamos la casa del abuelo, allá por 1950 en el Pasaje Olaya, 
su afecto como un árbol lleno de luces, 
que alargaba hacia los diez costados 
de nuestra edad sus ramas agobiadas de pobreza y consuelo. 

César Calvo de Araujo y su hermano Rafael.

Y la casa del padre como un huerto lejano, como un árbol ausente 
que daba siempre Luz en vez de sombra.
Ellos ya regresaron a la tierra, 
llevándose el candor de aquellos tiempos 
y dejándonos, como única herencia, 
cierta inexplicable vocación de alegría.

Don Víctor Fuentes Soriano y sus nietos en Chosica.

(Copia parcial de un artículo periodístico 
publicado hace muchos años).

Helwa Calvo Soriano

1 comentario:

  1. Verdaderamente el seno de la Familia, es la Madre del Calor Humano, del Cariño que los niños y niñas, manifiestan en sus relaciones sociales.Ese apoyo de afecto es igual para todos los pupilos del mundo.Asi es como enseñamos Solidaridad,Hermandad y Amora todos los Seres del Mundo.Los niños no saben de pobrezas ni riquezas.Todo lo ven igual...Los felicito por tener esa union familiar...

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