viernes, 1 de enero de 2010

Carta a mi Madre en Navidad , a Graciela Soriano de Calvo

Poeta César Calvo
Foto de Eva Lewitus






Doña Graciela Soriano de Calvo

Carta a mi Madre en Navidad

Barranco, 23 de Diciembre de 1964

Queridísima Madre : Te escribo desde 20 minutos de distancia , desde una larga calle que da al mar, bordeada de árboles , hermosa como tú , y como tú transida de una amarga alegría.
Quiero solamente decirte algo que sabes: Gracias. ( Lo hago
 por escrito para no emocionarme demasiado, y porque también 
he heredado ese tu dulce modo de callar ante lo que se ama verdaderamente, como si mi mismo nombre nos cerrara los labios.)
Gracias por ser mi Madre. Gracias por los hermosos Hermanos
 que me diste. Gracias porque estás viva , y porque puedo verte y tocar tus cabellos , y porque puedo pensar en ti todas las noches, 
todos los días , y aplacar con tu imagen mis amarguras de hombre. 
Pues por ti soy poeta , y por ti vivo . En tu Nombre me levanto diariamente , y en tu Nombre sufro y soy feliz . Y en tu nombre respiro el aire de esta noche , y contemplo la Luna; y amo la Vida , la Libertad , el Mar , porque tú me lo enseñaste .
No quiero decir más . Nada más sino este beso sobre tu frente , sobre tu vida incomparable .
Te ama eternamente, 


tu Hijo César



Madre te llevaré a París

Cuando hermano y hermanas, en sucesivos días de anochecer , hacia su propio corazón se vayan, te llevaré a París, París lejano como el viento, como tú, como yo, mientras el soplo del otoño, 
bajo tus pies, como un Sena de miel .
Aunque tal vez primero, a Buenos Aires, porque en los muelles veas como un montón de arena mi recuerdo, bajo la lluvia de febrero, solo, en los muelles de 1963. O tal vez - porque oigas en tu pecho, sin límites, mi sangre - vayamos a la Selva, al Amazonas rojo, cuando los pescadores guardan el Sol entre sus redes y se olvidan, sudorosos de amor, sobre la hierba.
Viajaremos a Nínive, a Santiago de Chile, a Samarkanda. 
Te presentaré a mis hermanos que harapientos vocean las primeras noticias del invierno, y tu silencio deslumbrado hará ríos sin fin sobre la nieve, entre las ranas desaliñadas de los últimos sauces. Después iremos a Moscú; cogida de mi mano conocerás Moscú ; allí un río invisible como los sueños te incendiará la frente, 
y por primera vez sobre tu rostro, sobre mi rostro, por primera vez, 
ha de caer el Sol.
Te llevaré a Venecia, a Roma, a Alejandría. Iremos a todas 
las comarcas donde un río atraviesa, solo para que veas, 
para que escuches, Madre, que ninguno es tan dulce, 
tan hermoso, como el que tus ojos tendieron sobre mí 
en los ancianos días oscuros de la infancia.

Doña Graciela Soriano de Calvo
con sus hijitos Helwa y César


César Calvo en Barranco

Doña Graciela Soriano de Calvo

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Madre te llevaré a París

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Edita Dr Guillermo Calvo Soriano de Lima - Perú

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gcalvo77@gmail.com

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1 comentario:

  1. Me siento muy enternecida al leer la poesía de César a su Madre, ella debió sentirse muy Feliz y orgullosa

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